En esta publicación, daremos unas pinceladas sobre qué es la eficiencia hídrica y destacaremos estrategias innovadoras que ayudan a conservar el agua y proteger nuestros valiosos recursos naturales. En un mundo donde el agua se está convirtiendo en un recurso cada vez más escaso, es crucial adoptar enfoques sostenibles para su uso y gestión. A través de prácticas eficientes, podemos preservar y optimizar este recurso vital para las generaciones presentes y futuras.
Según Fundación Aquae «La eficiencia del agua es reducir el desperdicio de agua. Se mide la cantidad de agua requerida para un propósito particular y la cantidad de agua utilizada o suministrada. La eficiencia del agua se diferencia de la conservación del agua en que se centra en reducir los desechos, no en restringir el uso. Las soluciones para la eficiencia del agua se centran reducir la cantidad de agua potable utilizada. Pero también en reducir el uso de agua no potable cuando sea apropiado (es decir, inodoro, riego de jardines, etc.). También enfatiza la influencia que los consumidores pueden tener en la eficiencia del agua al realizar pequeños cambios de comportamiento para reducir el desperdicio de agua y al elegir productos más eficientes»
La eficiencia hídrica es un esfuerzo constante y requiere prácticas y hábitos responsables. Adaptar estas prácticas en tu rutina diaria puede marcar la diferencia en la conservación del agua y la protección de nuestros recursos hídricos.
La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de desempeñar un papel crucial en la mejora de la eficiencia hídrica a través de varias formas:
Predicción y gestión del agua: La IA puede analizar grandes cantidades de datos relacionados con el clima, la calidad del agua, la demanda y el suministro, para predecir patrones y tendencias. Esto ayuda a tomar decisiones informadas sobre la gestión del agua, como la optimización de riegos, la programación de la irrigación y la gestión de embalses y presas.
Sistemas de riego inteligentes: utilizando sensores y datos en tiempo real para monitorear la humedad del suelo, las condiciones climáticas y las necesidades de las plantas, la inteligencia artificial, puede ajustar automáticamente los sistemas de riego para entregar la cantidad justa de agua necesaria, evitando el riego excesivo o insuficiente.
Detección de fugas y conservación: La IA puede analizar datos de consumo de agua en tiempo real y patrones de flujo para identificar fugas y anomalías en sistemas de suministro de agua. Esto permite una detección temprana y una reparación rápida de fugas, minimizando el desperdicio de agua.
Optimización de infraestructuras: también puede ayudar en el diseño y la optimización de infraestructuras relacionadas con el agua, como sistemas de distribución y redes de suministro. Puede optimizar la ubicación de bombas y válvulas, así como predecir y prevenir problemas de flujo y presión, mejorando la eficiencia de la distribución de agua.
Modelado y simulación hidrológica: además, mediante IAs se pueden generar modelos y algoritmos complejos para simular y predecir el comportamiento de cuencas hidrográficas, sistemas de embalses y el ciclo hidrológico en general. Esto ayuda a comprender mejor los flujos de agua, las interacciones entre la superficie y las aguas subterráneas, y facilita la toma de decisiones informadas en la gestión de los recursos hídricos.
Al aprovechar el potencial de la IA, podemos optimizar el uso del agua, reducir el desperdicio y asegurar una gestión más sostenible de este recurso vital.
La producción de alimentos y la agricultura son dos de las actividades que demandan una gran cantidad de recursos hídricos. Según la FAO, la industria agroalimentaria requiere aproximadamente 100 veces más agua que la utilizada para uso personal. Para tener una idea más precisa, el riego necesario en la agricultura y la ganadería consume hasta el 70% del agua extraída de ríos y reservas subterráneas. El 20% se destina a la industria y el 10% al uso doméstico.
La FAO estima que se necesitan entre 5.000 y 20.000 litros de agua para producir 1 kilogramo de carne, en contraste con los 500 a 4.000 litros de agua necesarios para producir 1 kilogramo de cereales como el centeno.
Te proponemos algunas prácticas agrícolas para mejorar la eficiencia hídrica de tu explotación agrícola que puedes ir implementando poco a poco:
GEMINI ODS13 -#IProIC2022010087-, financiado dentro de las subvenciones a proyectos innovadores en Canarias con cargo al proyecto de inversión #CanariasStars para el ejercicio 2022 de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) de la Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura del Gobierno de Canarias.
Enlaces de interés:
Fundación Aquae: https://www.fundacionaquae.org/mejorar-la-eficiencia-hidrica/